Uso de la Comunicación para Negociar

            ¿Alguna vez te has puesto a pensar todo lo que eres capaz de comunicar? La mayoría de las veces, esta pregunta es respondida en el contexto de la comunicación verbal. Se analiza la capacidad de emitir vocablos, el uso de la voz y las palabras eficazmente utilizadas. Incluso, hay quien aseguraría que mientras permanece sin hablar no comunica. Sin embargo, lo sorprendente es que estamos comunicando todo el tiempo, y en más de un sentido. ¿Cómo podemos aprovechar cada uno del os canales de comunicación para que nuestras negociaciones sean más efectivas?

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El Saludo de Mano. Nuestro cuerpo habla. Cuando saludamos de mano a alguna persona, estamos comunicando. Muchas veces dejamos de prestar atención a la forma en que saludamos a alguien. Lo recomendable es un saludo firme, pero cuidando que no resulte agresivo. Al tiempo en que se saluda a la persona, se debe mirar a los ojos brevemente y con un gesto amable. Evitemos el desviar la mirada hacia otra persona u otro lugar. Mucho menos incurramos en la falta de atención de mirar a alguna otra parte del cuerpo o vestimenta de la persona.

La Vestimenta. Nuestra indumentaria habla. LA forma en que nos vestimos transmite ideas constantemente. Dice Víctor Gordoa, asesor profesional en imagen, que la imagen es inevitable. Entonces, invariablemente, a través de nuestra vestimenta le estamos gritando algo al mundo. No se trata de ir por el mundo ataviado de frac y vestido de noche, sino de buscar la indumentaria acorde a la ocasión. La limpieza, el orden, la ropa sin arrugas y sin muestras de desgaste son elementos que no tienen nada que ver con modas o etiquetas incómodas. Busquemos nuestra mejor vestimenta para cada ocasión.

El uso de la voz. Albert Mehrabian, psicólogo norteamericano, demostró a través de un estudio que las personas son más susceptibles a la forma en que se entona cada palabra, que a las palabras mismas. Busquemos una voz agradable y firme. En los casos de negociación, evitemos los tonos sarcásticos, imperantes o fríos.

La posición y figura. Nuestra postura habla. Cuando estamos negociando, la forma en que estamos sentados, la manera en que nuestros pies se apoyan en el suelo, la posición de nuestros brazos y nuestra actitud, también transmite. Una postura recta, sin caer en exceso de confianzas o comodidades es lo recomendable.

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El contacto visual. La forma en que –durante una conversación o negociación- miramos a nuestra audiencia, es trascendente. El contacto visual llena de vida a nuestra negociación al momento en que estamos cerrando un trato o negocio. Se recomienda un contacto constante a la persona, pero no con el afán de intimidar, sino de crear una empatía. Busquemos hacer sentir a la persona que está siendo escuchada a través de nuestra mirada y contacto visual. De la misma forma, cuando expresemos verbalmente alguna idea, busquemos acompañarla de gestos coherentes a través de nuestra mirada. Esto inyecta fuerza e impacto a una negociación.

Por Luis Cano

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